ORGANÍZATE Y TENDRÁS TIEMPO PARA TODO



Muchas veces subestimamos la importancia de tener organización en nuestras vidas, y en la mayoría de ocasiones alegamos que nos agobia el hecho de tener obligaciones y cosas que hacer, que preferimos ir haciendo todo sobre la marcha en función del tiempo que tengamos. ¿En qué se traduce eso? Es un fracaso absoluto o, al menos, en una falta de optimización del tiempo muy importante.

Así que este post es válido para cualquier tipo de personas: estudiantes (que tienen montones de deberes, trabajos individuales y grupales, prácticas, exámenes… y que, cuando consiguen hacer algo, al día siguiente van a clase y ya tienen el doble de tareas pendientes); trabajadores (que tienen X horas para llevar a cabo el trabajo que les han encargado para ese día y, en caso de no terminarlo, o se les acumulará para el día siguiente o se tendrán que quedar a terminarlo fuera de su horario laboral); estudiantes que trabajan; personas que, además de estudiar y trabajar, tienen que llevar todas las tareas del hogar (que llevan mucho tiempo), padres que tienen que compaginar su trabajo profesional, con las tareas del hogar y con el cuidado de sus hijos, etc.

Para ello, os voy a dar una serie de tips para conseguir una organización perfecta

1) Elige una unidad organizativa
Determina para qué periodo de tiempo vas a analizar tus obligaciones. Éste puede ser diario (pensar cómo organizar todo lo que tienes que hacer a lo largo de un día complicado), semanal, mensual o incluso trimestral. En mi caso, os recomiendo que lo hagáis de forma detallada y de forma semanal, así te haces una idea de cómo va a ser tu semana. Además, yo suelo empezar a planear las semanas a 2 semanas vista y, poco a poco, las voy rellenando con las tareas que tengo que hacer.

2) Haz una lista de las tareas
Lo primero de todo es tener claro qué tenemos que hacer. Para ello, haz una lista apuntando todas y cada una de las tareas, por nimias que sean. Un truco que yo te recomiendo es que, entre paréntesis, detrás de cada tarea, te apuntes la duración que más o menos (obviamente, de forma muy somera) crees que va a tener la misma.

3      3) Prioriza las tareas por orden de importancia
No sirve de nada empezar por las tareas más fáciles para que psicológicamente nos parezca que estamos avanzando muchísimo. Hay que darles un orden de prioridad a cada una y, a partir de ahí, empezar a realizarlas de más a menos urgentes.

4      4) Sé consciente del tiempo del que dispones y distribúyelas de forma adecuada
Habiendo establecido previamente la prioridad y la duración estimada de cada una de las tareas, el siguiente paso es, teniendo en cuenta el tiempo que tenemos, distribuirlo de forma adecuada para que sea factible la realización del máximo número de tareas posibles.

5    5) Intenta dejarte un par de medios días (dos mañanas, dos tardes o una mañana y una tarde) libres para ti, con el objetivo de poder hacer frente a imprevistos, hacer tareas con las que no contabas, o adelantar tareas de otros días o semanas en los que sabes que estarás mucho más agobiado.
En esos días puedes hacer lo que quieras y, si has cumplido con el planning, esos días deberían ser libres para que disfrutes de la sensación del deber cumplido. Pero, en caso de que se haya producido algún imprevisto que no nos haya permitido poder trabajar a nuestro nivel o de que hayan aparecido actividades por hacer con las que no contábamos, estos días nos van a permitir poder llegar a todo sin descuadrar el resto del planning.

6   6) Distribuye las tareas dejando tiempo suficiente a los imprevistos y, cuando sucedan, sigue centrándote en terminar las tareas urgentes, dejando aquellas que no has tenido tiempo de hacer para recuperarlas en ese tiempo “libre” que hemos preparado en el punto anterior.
Son muchas las situaciones que pueden tener lugar: desde una llamada de teléfono que nos ocupe una hora, como un fallo de Internet o de la impresora que nos deje colgados media mañana o que no nos permita terminar el trabajo a tiempo, como un catarro que nos tenga en cama un par de días o un plan inesperado…
Teniendo en cuenta lo explicado en el punto anterior y sabiendo la importancia de no alterar los planes y de seguir intentando terminar lo que nos supone mayor urgencia, solucionaremos la situación.

7      7) Trabaja de forma efectiva, aprovechando tu tiempo
Cuando estés trabajando, que se note que lo estés haciendo. No te distraigas hablando con el compañero (porque que el otro quiera perder su tiempo no es tu problema), mirando cosas por Internet que podrías ver en tu tiempo libre o pendiente de las redes sociales.
Un consejo que en este caso os recomiendo totalmente consiste en tener tanto el E-mail como el Whatsapp en el ordenador (hay aplicación de Whatsapp para PC), con un sonido flojo pero suficiente para poder escucharlo, y así podremos leer como notificaciones los correos electrónicos que recibamos y los mensajes sin necesidad de meternos a las correspondientes aplicaciones, lo que nos permitirá discernir si lo que nos dicen es algo importante o no, y solamente contestar aquellos que no podamos dejar pasar.

8    8) Aprende de los errores cometidos en tu unidad de organización (diaria, semanal, mensual, trimestral…) y aplica lo que has aprendido de ellos a la nueva sesión de organización.
Una vez que ya has hecho por primera vez tu planning, habrás cometido fallos porque no eres experto en ello, así que aprende a detectarlos e intenta solucionarlos de la mejor manera posible para ti mismo, evitando tropezar dos veces en la misma piedra a la hora de organizar nuestra próxima unidad organizativa.


No lo olvides: “Saber optimizar el tiempo está al alcance de tu mano, ¡inténtalo y lo conseguirás!”

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