¿Cuántas
veces estamos (o hemos estado) con alguien simplemente porque no encontramos a
nadie mejor? Sé sincero contigo mismo, sueles pensar en aquel dicho de mejor pájaro en mano que ciento volando,
pero en el fondo sabes que, aunque esa persona tenga cosas buenas, no cumple
con las expectativas que tú tenías del amor, lo que hace que acabes culpando a
Disney y a las películas románticas de tu “estúpida” creencia de que el amor
verdadero existe.
Y, en
realidad, el problema lo tienes tú
porque, aunque no lo hayas hecho queriendo, has ido relajando tus expectativas: Empezaste buscando al hombre /
la mujer de tu vida para luego conformarte con alguien que, aunque no era 100%
tu prototipo, estaba bastante bien y te hacía sentir importante.
Después,
conforme más tiempo lleváis juntos y más os vais conociendo, más te vas dando
cuenta de las diferencias que os separan y de los defectos que tiene, lo que poco a poco va generando un conflicto
interno dentro de ti porque, cuanto más transiges en querer a esa persona
tal y como es (y cada vez menos como tú querías que fuese), más te está pasando
factura a nivel de autoestima y de felicidad propia.
Muchas
veces hemos salido con alguien simplemente para “estar entretenido”, es decir,
para tener citas y planes que hacer por delante. Tenemos una carrera muy
difícil por estudiar o un trabajo que nos deja sin ganas, y creemos que tener a
alguien que nos haga desconectar y nos “obligue” a salir al cine, a dar un
paseo, a ir a cenar una vez por semana… hará que no nos apoltronemos en el sofá
y que tengamos vida más allá de nuestras obligaciones personales.
Ahora bien,
durante todo este tiempo que llevamos
con esa persona, no hemos tenido la sensación de amor verdadero, de felicidad
plena, o, si la hemos tenido, no ha sido una sensación continua, sino que
nuestra relación ha sido una autentica montaña rusa. Y, aunque no lo queramos
reconocer, sabemos que en el fondo estábamos deseando que llegara nuestra
verdadera media naranja a nuestra vida para para dejarlo todo y por fin ser
felices.
El problema está en aprender a estar solos, a
valorarnos como personas, no sólo cuando estamos emparejados. No hace falta
estar con alguien si no estás seguro de que tu pareja reúne los requisitos que
estabas buscando. Mientras, puedes dedicarte tiempo a ti, a dejarte llevar y
conocer sin buscarlo (que es lo mejor) a tu hombre / mujer ideal, y a conocer y
a disfrutar de algún que otro rollito que te dé vida (y no el tedio, los
quebraderos de cabeza y los malos rollos de una relación).
Reflexión
del día: “Conformarse para no salir de la zona de confort es de cobardes, y la
vida sólo la disfrutan completamente los valientes”
Comentarios
Publicar un comentario