Seguro que todos los que vayáis o hayáis ido a la universidad
recordáis el momento del inicio: Ya eres (o casi) mayor de edad; te sientes
libre, poderoso, mayor; tienes ganas de comenzar esta nueva etapa con la que
siempre has soñado, de ver si realmente tu futuro es la carrera que has
elegido, de vivir las fiestas universitarias… Pero, en el fondo, sientes un
temor, un miedo a lo desconocido, a que las cosas no sean tan bonitas como las
imaginaste, a que realmente no seas feliz, a no encajar… Sin embargo, no nos
damos cuenta de que todos los demás se sienten igual que nosotros.
Empiezan las clases, todo es gente nueva para nosotros, pero
la verdad es que la mayoría de ellos son simpáticos, más que nada porque todos
están en la misma situación de novedad en la vida que nosotros. Aun así, se van
haciendo automáticamente grupos, gente con la que conectas más, con la que
empiezas a sentarte en clase, y las amistades van surgiendo hasta acabar
considerando a muchos de ellos como imprescindibles en tu vida.
Pero… ¿Por
qué tus amigos de la uni siempre
seguirán siendo tus amigos, incluso después de terminar la etapa?
1. Porque
juntos habéis vivido momentos de fiesta inolvidables y que siempre quedarán en
vuestra memoria
Una vez termine vuestra etapa seguiréis diciendo “Buah, ¿te acuerdas esa noche que Guille potó
en la puerta de casa de sus padres?”, “¿Y
cuando nos encontramos a la frígida de la profe de Ética perreando con un
yogurín?” “¿Y la noche esa que
metimos a Silvia en un cubo de basura y la paseamos por toda la ciudad?”, “¿Y la tía esa tan fea con la que se lio
Dani y que él decía que era guapa?”... Y así, un sinfín de anécdotas más
porque, digan lo que digan, las fiestas universitarias no se olvidan, y seguro
que de cada una de esas noches hay un recuerdo que pasa a la historia.
2. Porque
no hay nada como hacer un trabajo en grupo con amigos
Cuando los profesores no te dejan elegir grupo de trabajo y
te toca currar con quienes son tus compis pero no tus amigos, se nota la
diferencia, y es que no hay nada como quedar para hacer un trabajo juntos, con
complicidad, parar a media tarde a echar unas cervezas “a ver si llega la inspiración”, quedarte a cenar y a dormir en
casa de tus colegas porque se ha hecho tarde “y ya madrugamos mañana y seguimos”… Detalles que nunca se olvidan.
3. Porque nos han ayudado en todo lo que han podido
Y así es… Tienes el típico día tonto que no te apetece ir a
clase, saliste un jueves de marcha y el viernes vuelves a casa a la hora a la
que tenías la clase de primera hora, estás enfermo, te ha puesto los cuernos tu
chico… ¡No pasa nada! Para eso están tus amigos de la uni: Ellos irán a clase, cogerán los apuntes como puedan y luego te
harán un audio de Whatsapp
resumiéndote el día. Y esa tranquilidad que te da saber que ellos están ahí es
incomparable.
4. Porque hemos sido un apoyo mutuo en época de exámenes
Nadie como nuestros amigos de la uni (porque ellos también lo han sufrido) saben lo mal que lo hemos
pasado en esos exámenes en los que no se nos quedaba el temario, en el que nos
lo aprendíamos de memoria porque no lo entendíamos, en el que decíamos “como pregunte este tema, me voy”… Y así
nos pasábamos eternas noches haciendo quinielas sobre qué va a entrar y qué no,
y sobre cómo ponernos en el aula del examen, por si los exámenes son iguales y
podemos copiarnos algo (¡ilusos!).
5. Porque tenemos muchas cosas en común
No sólo el gusto por nuestra profesión, sino que tenemos aficiones,
actitudes, comportamientos y formas de ver la vida muy similares, y eso hace
que las broncas casi ni existan.
6. Porque hemos sido mutuamente nuestros confidentes, y nos hemos escuchado cuando más lo necesitábamos
Y eso es así: Pasamos juntos en la universidad casi más horas
que con nuestra familia, ya que entre las horas de clase, de trabajos y de
biblioteca ellos han sido nuestra segunda familia. Y claro, así durante una
media de 5 años, nuestra vida ha tenido una gran cantidad de acontecimientos
(hemos roto una relación, nos hemos enamorado de nuevo, con quién nos hemos
liado, nos hemos ido de Erasmus, nuestros padres no nos entienden, tenemos unos
cuñados que no soportamos, etc.) y todos y cada uno de ellos los hemos compartido
con nuestros amigos, que nos han apoyado en cada momento.
Así que no lo olvides: “Quien tiene un amigo tiene un tesoro y, si es de la uni, es un tesoro que nunca vas a perder”
Comentarios
Publicar un comentario