Hemos caído en la pésima creencia de que poca gente puede vivir siendo plenamente feliz y de que, por mucho que lo intentemos, siempre habrá algo que nos impida a ese objetivo del 100%. No obstante, las cosas no son así, y el problema está en nosotros mismos, ya que es una cuestión de mentalidad.
Creer que
es normal tener muchas preocupaciones, las cuales no nos permiten disfrutar de
cada segundo y hacen que los momentos de felicidad sean segundos y los momentos
de angustia horas, es un error de concepto. Y en cambiarlo radica el primer
paso para poder disfrutar plenamente de tu vida.
¿Cuántas
veces te has levantado por la mañana sabiendo que tenías una reunión de trabajo
o un examen por la tarde y no has hecho más que desperdiciar el día pensando en
eso tan importante, dejando todo lo demás a un lado? Piénsalo: has desayunado
deprisa y corriendo (si lo has hecho), te has pasado toda la mañana con una
cara de amargado absoluta, te ha sentado mal la comida, has contestado los WhatsApps como si te estuvieran torturando
y has respondido a tu familia con total desgana, dejándolos preocupados. Y todo
eso, ¿para qué? Para que luego la reunión/examen haya ido bien (tal y como
cabía esperar, aunque desde nuestro punto de vista se tenían que alinear los
planetas para que no fuera catastrófico) y hayamos desperdiciado un día muy
bonito.
Ahora que ya has detectado que sufres una tendencia al boicot de la propia felicidad, toca ponerle remedio. Y la solución es mucho más fácil de lo que crees. Para ello, sigue los siguientes pasos:
Levántate
todos los días pensando en que va a ser un día estupendo y que sabrás afrontar
todas las dificultades, ya que los pensamientos positivos atraen los buenos
resultados.
Si hay algo
que te preocupe mucho, réstale importancia: Si tiene solución, se acabará
solventando; y, si no la tiene, no merece la pena pensar en lo imposible.
Muestra
preocupación por tu familia o por tu pareja, escribe a tus amigos para preparar
algún plan que te haga ilusión, contesta de forma simpática a tus compañeros de
trabajo…
Si está
amargada, piensa que tú también lo estabas hasta hace poco, así que intenta
hacerle el día más agradable, quizás se dé cuenta de que también boicotea su
propia felicidad y decida dar un paso para solucionarlo.
5. Sonríe, todo es más fácil con una sonrisa en los labios.
Si creemos
que algo va a salir mal cuando ni tan siquiera lo hemos probado, saldrá mal.
Empieza a creértelo o, al menos, a albergar una esperanza, y la vida será de
color de rosa.
Hacer
planes a corto plazo (ej. Este viernes voy de compras, el domingo me tomo un
café con mi mejor amiga, la semana que viene iré a pasar el día a un pueblecito
romántico con mi chico) te hace tener una ilusión adicional y afrontar las
cosas que menos te gusten de una forma más positiva.
Puede ser
que tu trabajo no te guste o que tus estudios te tengan quemado, pero piensa
que eso es sólo una parte de nuestra vida, y que en el resto de tiempo libre
puedes hacer mil cosas que te gusten. No lo dudes: apúntate a esa clase de
pilates que tanto te llama la atención pero la pereza te evita hacerlo,
apúntate a esas clases de baile que tan bien te vendrían para sentir a tu
pareja más cerca, apúntate a clases de cocina para tener algo con lo que
sorprender a tus invitados, etc.
Ponte a ello, y verás los resultados. No es una tarea fácil, ya que la mente está acostumbrada a no parar nunca. Por ello, tienes que ser paciente y tener en cuenta estos consejos:
- Si ves que los pensamientos negativos vienen a tu
mente, grita: ¡STOP! al tiempo que das una palmada.
Puede ser
que los pensamientos luego vuelvan, pero al hacer este acto lo que haces es
interrumpirlos temporalmente y evitar entrar en un bucle de pesimismo que no te
conviene, permitiendo a la mente tomarse ese respiro que tanto necesita.
- Intenta tener una atención plena y consciente en lo que haces.
Para ello,
centra tu atención solamente en la actividad que estás realizando, lo que te
permitirá valorarla de una forma positiva y, además, hacerla de forma más
óptima. Por ejemplo, no sirve de nada ver una serie en la tele mientras
discutes con tu novio por Whatsapp y estás terminando un informe o un trabajo
para mañana para clase. Organízate: Graba esa serie que tanto te gusta para
verla con tranquilidad cuando tengas tiempo, termina el trabajo lo antes
posible para quedarte tranquila y, finalmente, ten una conversación bonita con
tu pareja para que te reconforte después de un largo día.
Pruébalo, y los resultados aparecerán progresivamente ¡pero tan pronto
como lo intentes!
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