Ser indeciso es uno de los grandes
lastres para ser feliz. Las personas que tardan mucho en decidirse, que valoran
tanto todas y cada una de las posibles opciones de elección, terminan sufriendo
y no disfrutando de la vida ya que, hasta que no consiguen llegar a una
decisión que les logre convencer lo suficiente, se pasan el día dándole vueltas
y vueltas a la cabeza, entrando en un círculo vicioso de desesperación por no
poder encontrar una solución a un problema aparentemente tan “sencillo”, lo que
hace que se sientan mal con ellos mismos y que, como consecuencia, no puedan
estar bien con los demás, ya que aun estando con su pareja, amigos, familia, en
el trabajo… seguirán pensando en cómo solucionar lo que les perturba.
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